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Las 3 Gunas.
Reflexiones.
Capítulo 5

    reflexiones

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    • En la materia caótica o no-manifestada (Mulaprakriti o Avyakta), las tres gunas se encuentran en perfecto equilibrio y entonces todas las potencias y energías que aparecen en el Universo manifestado reposan en una inactividad comparable a la de una simiente; sin embargo cuando se rompe tal equilibrio se produce una forma, una manifestación, y toda manifestación o forma es producto de la Prakriti en la que hay un predominio de una de las gunas sobre las dos restantes (o de dos de ellas sobre la restante). Ni Sattva ni Tamas pueden por sí solas entrar en actividad; requieren el impulso del motor y de la acción (Rajas) para ponerse en movimiento y desarrollar sus propiedades características.
    • Vemos de este modo como es siempre la pasión o deseo el que catapulta hacia la manifestación (y así hacia el fenómeno encarnativo, por vía del apego), rompiendo la unidad, la homogeneidad primordial.

    -Cesa el Estado de Pralaya, de Abstracción o Reposo.
    -A partir de ahí los dos grandes polos de la Naturaleza, según la Filosofía Samkhya, esto es, el Espíritu (Purusha) y la Materia o Sustancia (Prakriti) “actuando sobre las tres gunas –y entonces se habla a veces de los “Cinco Grandes Elementos”- son la base y la causa del Universo fenomenal en todas las numerosas formas y las apariencias constantemente mutables”
    -Purusha energetiza a Prakriti a través de las tres Gunas, procediendo de Prakriti los Tattvas o principios.
    -Constatamos igualmente como todo ser, todo fenómeno o todo movimiento existente en el universo manifestado corresponden a la expresión predominante de una o de dos de las Gunas.
    -Es así en el ser humano y cada uno de sus pensamientos, sentimientos, acciones, palabras, elecciones o peldaños evolutivos; es así en los animales o las plantas; y es así en todas las formas materiales.

    • Es relativamente fácil reconocer al hombre tamásico. Se caracteriza por su profunda letargia, por su insensibilidad, por la lentitud e inanidad de sus reacciones psicológicas, por la reacción casi exclusiva a estímulos brutales o groseros, que son aquellos que le agradan y despiertan su interés.
      Es el necio conforme.