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Las tres Gunas.
Introducción.
Capítulo 9

    Las 3 Gunas, introducción

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    Teoría de las tres Gunas: la sabiduría suprema del Yoga

    En el capítulo XIV del Bhagavad Gita, Krishna le enseña a Arjuna la “sabiduría suprema que trasciende todo conocimiento y mediante la cual todos los sabios, al final de la vida, han alcanzado la Perfección absoluta”.

    Esta sabiduría es el camino y la meta de todo yogui o yoguini y es la base que sustenta todo su crecimiento interior. Y así lo resalta Krishna:
    Permanece por siempre Conmigo aquel yogui que (…) percibe que Yo me encuentro en todos los seres (…) El mundo de los seres mortales se encuentra engañado por el triple aspecto de la Naturaleza y por eso no me perciben”.
    Este triple aspecto de la Naturaleza es lo que se denomina la teoría de las tres Gunas, cuyo nombre proviene de la palabra indoeuropea Guere, que se podría traducir por trenzado. El significado más apropiado sería el de cuerda, concretamente cuerda de instrumento musical y, por extensión, acorde.

    Las Gunas, por consiguiente, son las tres cualidades de las que está compuesto el Universo físico, y puede considerarse que son diminutas cuerdas, millones de veces más pequeñas que un átomo, que vibran cada una con una frecuencia determinada.

    Son elementos inseparables que se combinan en diferentes proporciones para formar todos los objetos materiales. Estas cualidades se denominan Tamas (la oscuridad), Rajas (la actividad y las sensaciones) y Sattva (la inteligencia).

    En el Bhagavad Gita, el Ser Absoluto nos dice de dónde proceden: “Has de saber que todas las manifestaciones de sattva, rajas y tamas emanan de mí. Aunque ellas están en mí, yo no estoy en ellas”.
    Aunque el párrafo anterior parezca confuso, no lo es, sino que se trata de una explicación profunda y concisa de lo que son las Gunas. Pensemos que el Plano Superior es Luz, es Autoconciencia y es la más alta de las vibraciones. Si identificamos a las Gunas con los colores primarios (rojo, amarillo y azul), todos entenderíamos que estos colores emanan del blanco (la luz) por lo que están en el blanco, pero el blanco no está en ellos.

    Para poder percibir los colores en el plano material es imprescindible la oscuridad. Por ello Tamas es la base del Universo físico, pues sin ella éste no existiría. Tamas es también el silencio, la ignorancia, la vibración más baja y la cuerda que forma los elementos con más densidad.
    Cuando los seres llegamos a este plano físico, entramos en la llamada “ilusoria ignorancia”. Y aunque nacemos tamásicos, nuestra evolución impregna ya nuestro temprano desarrollo y el proceso no se detiene. Es un perfeccionamiento progresivo en el que vamos convirtiendo lo tamásico en rajásico, y lo rajásico en sáttvico. La falta de desarrollo en una persona puede hacer que se mantenga en un estado tamásico durante toda su vida.
    Una persona rajásica tiene que trascender cualquier apego a la actividad y posteriormente a la sensibilidad para convertirse en sáttvica.